JUDAS PRIEST
«Redeemer of Souls»
(Epic Records)
Seis años han pasado desde el disco del profeta y lo más importante es que ya no está K.K Downing en el grupo, con la consiguiente pérdida a nivel compositivo. La banda ha generado expectativas, publicando breves extractos de algunos de los temas que componen este redentor de almas y por fin ya tenemos el disco en nuestras manos, en versión normal, faltan por escuchar las cinco pistas extras.
Lo primero que destaca es que Rob ya no está como antaño, ya lo habíamos comprobado en sus últimos discos en solitario y en parte es normal, tiene más de 60 años y ha forzado mucho durante su carrera. Ahora se mueve en tonos más graves, sin forzar, gana en épica pero pierde en fuerza y en agudos, tal vez su signo de identidad.
El ambiente es metalero, encontramos buenos riffs y la actitud del grupo en la mayoría de los trece cortes es intentar agradar al fan de siempre y lo consiguen. Canciones como “Dragonaut”, “Halls of Valhalla” (posiblemente la mejor), “Metalizer” (con sabor «Metal Meltdown» del “Painkiller”) y “Battle Cry” (épica y poderosa) merecen una escucha detallada, logrando demostrar por qué han sido tan grandes. El tema que da título a este CD es digno, pero no es maravilloso, en el nos traen aires a “Hell Patrol” en algún tramo guitarrero y los solos son más que aceptables.
Otros cortes como “Sword of Damocles” (muy onda Manowar/Amon Amarth), “March of the Damned” (claro sabor a “Metal Gods” del “British Steel”), “Down in Flames” (de estribillo ochentero pegadizo muy “Turbo”) o “Hell & Back” y su cambio de ritmo final, cuajan un disco que supera al “Angel of Retribution”, pero no llega a la altura de sus mejores obras, como “Defenders of the Faith”, “Screaming for Vengeance” o “Sad Wings of Destiny”, por ejemplo.
Es un digno trabajo, Halford cumple con algunos gritos notables, aunque en general está en su ocaso, para tristeza de todos los que admiramos su labor.
Siguiendo el repaso del contenido del nuevo hijo de los Priest, “Crossfire” con su estilo blusero a lo Hendrix se torna algo repetitiva por mucho que Rob se mate en un rabioso final a lo “Love you to Death” y pudiera entrar en un “Stained Class”, y si bien es una buena pieza, no me entusiasma.
La portada sí esta conseguida con ese personaje mitad Pinhead mitad inspector Gadget y como les dije, es un buen disco, que quitando los defectos comentados mantiene bien el pulso y apetece tocar unas cuantas veces, lo cual ya se agradece hoy día.
Viejas glorias como Saxon, AC/DC, Accept o Judas siempre da gusto que editen nuevo material y más sabiendo por desgracia que no durarán para siempre y que tal vez están ya a punto de entrar en el Olimpo de los más grandes junto a Maiden. El único temor es… ¿quién será su relevo?
Más info: www.judaspriest.com
Jalford y Lucas Gordon.